Los nuevos episodios de ‘Luis Miguel: la serie’ ya han aterrizado en Netflix y en esta segunda temporada Diego Boneta se enfrenta al reto de dar vida al cantante en dos líneas temporales distintas: en la década de los 90, cuando tenía poco más de 20 años, y convertido ya en un treintañero en la primera etapa del 2000.
La magistral forma en que el actor ha sabido meterse en la piel del Sol de México le ha valido el reconocimiento tanto del público como de la crítica y, en esta ocasión, se contrató al oscarizado maquillador Bill Corso para ponerse al frente del proceso creativo de transformación que llevaba a cabo un equipo mexicano en el día a día y que en un primer momento tardaba unas seis horas en completarse.
“Tardábamos entre cuatro y seis horas en aplicar el maquillaje cada día”, ha confirmado Diego al portal Billboard.
Por suerte para él, eventualmente el tiempo consiguió reducirse hasta poco más de dos, pero el mayor desafío seguía siendo crear y manejar unas prótesis lo bastante finas como para transformar su rostro sin que pareciera una caricatura.
“Si es raro primero, pero después ya sientes que es como parte del día”, ha bromeado él en un vídeo que ha compartido en Instagram, ofreciendo un vistazo a lo que sucedía en el interior del trailer de maquillaje y peluquería.
Con información de Bang Showbiz